Las aplicaciones más comunes para estos métodos son:

• Definición de unidades geoeléctricas con base en variaciones de resistividad.
• Determinación de espesores de capas/horizontes.
• Identificación de estructuras geológicas subterráneas (p.e. fallas geológicas, oquedades, agrietamientos, acuitardos, etc).
• Estimación cualitativa de condiciones de porosidad, permeabilidad, fracturamiento secundario y consolidación.
• Identificación de zonas con presencia de elementos contaminantes.
• Identificación de posición de nivel de aguas freáticas.
• Identificación y cuantificación de geometría de cavernas y cenotes.